lunes, 22 de septiembre de 2008

BLANCA Y RADIANTE -2

El atleta sintió el peso de la medalla y dejó que los sentimientos escaparan,
que las lágrimas se agolparan en sus ojos y una sonrisa largamente guardada agrandara su rostro...
lo había conseguido.
Desde la emisora más escuchada del país el locutor, con tono comprensivo,
comentó que el atleta lloraba como un crío.
Frente al televisor su padre recordaba las veces que tras un fracaso le había sorprendido a solas,
llorando desolado como una mujer... aún retumbaban sus gritos en los pasillos de la casa.
El atleta, bajando del podium, se limpió las lágrimas con el dorso de la mano..
¿Cuándo podrán los hombres llorar como hombres?
Llorar es una liberación, es dejarse ir, verterse, desparramarse...
es darle cauce a eso que nos quema por dentro, que empuja por salir.
Las mujeres podemos llorar de alegría, pero también de tristeza, de ira, decepción, rabia, impotencia,
podemos llorar al sentirnos felices, emocionadas, plenas, al despedirnos de las amigas o amigos, al perderlos o reencontrarlos...
podemos llorar en un funeral, en una película o durante los anuncios si son especialmente malos.
Podemos llorar sin trabas y sin dar explicaciones...
somos mujeres y se nos está permitido.
¡Qué alivio! Poder llorar supone uno de los placeres públicos reservados a las mujeres y que podemos disfrutar sin sentirnos humilladas,
sin que se ponga en entredicho nuestra "hembría" o alquien (que probablemente llore a escondidas) nos machaque por ello.
No es especialmente difícil acceder a este rincón secreto,
basta con no censurar con la mirada al niño que se cae y se queda llorando con las rodillas peladas en el asfalto,
o que llora desconsolado por no salirse con la suya,
tiene miedo a quedarse solo o le asustan la oscuridad o los ruidos.
Es muy fácil acercarse a él, abrazarle y dejarle llorar, que se desahogue,
que lo que le ahoga salga en forma de lágrimas tranquilas, que no se lo trague...
que llore como un niño y quizás algún día pueda llorar como un hombre.
Noelia y Clara.

2 comentarios:

Mª Jesús dijo...

Me encanta, me emociona, me pone la carne de gallina. Vivan las mandorlas!!!!!!!!!!

thissama dijo...

A mí también me ha gustado un montón, este blanca y radiante 2. Felicidades a las dos mandorla-escritoras.