martes, 7 de octubre de 2008

el médico

El médico bajó las escaleras pensando: “esto no es como antes”.
“ni un solo regalito”.
Llevaba ropa sport y una sonrisa planchada de casa
que no se le quitó hasta que se miró en el espejo
y pensó: “no sé porqué lo hago”.
Se sentó echando de menos la mesa puesta
miró a su alrededor y no había ni una sola maceta
y se enfadó consigo mismo,
al descubrirse pensando en su sombra por la casa.
Y cuando se sorprendió mirando por la ventana
volvió a enfadarse consigo mismo.
Y de repente comenzó a moverse por la casa
colocando, cenando, fregando
hasta llegar a la cama a dormirse a la fuerza
con toda la oscuridad que consiguió
tapándolo todo.
Si no estaba “¿qué pasaba?, ¿con quien estaba?”
“¿volvería?” “¿la vería?”
y así miles de preguntas le fueron pasando por la cabeza
a toda velocidad, como contando ovejas.
Hasta que se detuvo en una: “¿la querría?”
“eso, eso!”- pensó- “¿la querría igual?”
y de nuevo fueron pasando las pregunta-ovejas
atropelladamente, tropezándose con miles de cosas
que: “antes”, no eran un obstáculo.
Y en el último tropiezo de una oveja-pregunta:
“¿porqué no me dí cuenta “antes”?”
fueron cayendo todas las que venían detrás
hasta juntar un buen montón imposible de mover
y así con todas rendidas el médico pudo dormir.