jueves, 10 de julio de 2008

BLANCA Y RADIANTE 1

Queremos hacer con esta sección una serie de homenajes, de críticas, reflexiones, anuncios y todas las modalidades de relatos que podamos crear a partir de estas dos palabras que por separado no son mas que adjetivos y que juntas han dado significado a muchos sueños y aspiraciones que podía tener una mujer. Y, si no nos equivocamos con ello, no hay ninguna otra pareja de adjetivos que condicionen los sueños y las aspiraciones de un hombre frente al altar.

El blanco como símbolo de pureza virginal y radiante como símbolo de encantadora; pura y encantadora en el llamado “día mas importante de nuestra vida” ese en el que pública y oficialmente te declaran mujer. Y a la vista de todo el mundo está que por el sexo y por tener a un hombre te declaran mujer y señora, que antes no lo eras, que eras señorita y niña y jovencita y moza.

Con esto queremos dar sitio a todas las que se han declarado señoras por ellas mismas y que son mujeres desde que nacieron, completas. Hoy queremos hacer ver que el sexo también lo hacemos nosotras que nadie nos lo hace, queremos que se vea, incluso por escrito, que somos respetables en todas nuestras decisiones, en posesión de todas nuestras capacidades, miedos y esperanzas. Que nadie confunda y que se sepa que establecemos una relación con los hombres de igual a igual y para disfrutar, que no nos damos ni nos entregamos y que no somos ni mujer ni señora de... aunque pueda parecer anticuado, tenemos la intención de hacer desaparecer esto no sólo del lenguaje común sino también del inconsciente popular.

Y así puestas, en esta sección tendremos un espacio propio, como el cuarto propio de Virginia Wolf, para todas nosotras, las mujeres, y para los hombres que curiosos se acerquen a ella.

Blanca y radiante como una sección de la moderna enciclopedia femenina, de consulta, opinión y comentario, a la que acercarnos para vernos con otros ojos, que somos las mujeres del tercer milenio y a lo mejor es preciso que ya se sepa por escrito que somos mujeres libres, que a lo que no se le ponen palabras no existe.

Esperamos poder transmitir con ella la alegría de sabernos mujeres, la ruptura con un mundo de valores y normas que nos redujo a un segundo plano desde hace milenios y consiguió que soñáramos y nos ilusionáramos con ser mujeres para los demás coartando la libertad básica de ser mujeres para nosotras mismas con los demás.

Que los calificativos de blanca y radiante sean para lo que tienen que ser, las estrellas, la nieve y la luna.

Por Clara y Noelia.

y nuestro agradecimiento a las palabras de María.